Seguramente has oído titulares como: “Si no utilizas IA, quedarás fuera del mercado” o “La IA eliminará empleos y transformará tu industria”. Pero antes de dejarnos arrastrar por la ola de publicidad de las grandes tecnológicas, es fundamental entender por qué ocurre este fenómeno.

Tomemos un ejemplo clásico: Google. Su objetivo central es optimizar los resultados de búsqueda para los usuarios. Pero observa algo crucial: Google nunca ha creado contenido propio para la web. Todo lo que organiza proviene de millones de empresas y particulares que generaron ese contenido de forma gratuita. Google solo invirtió en el algoritmo que organiza y prioriza la información. Si hubiera tenido que crear aunque solo fuese el 0,5 % del contenido, habría sido económicamente inviable.