A lo largo de mi trayectoria, he aprendido algo que muchos empresarios recién descubren demasiado tarde: el nivel de tu cuenta bancaria es directamente proporcional al nivel de la competencia de las personas que te rodean. Tener un equipo resolutivo no es solo importante; es absolutamente crítico. Sin él, no sobrevives. Con él, escalas sin límites.

He observado una tendencia clara: el mundo se está polarizando entre quienes incrementan su nivel de competencia y quienes lo pierden. Esa divergencia está creando un campo de juego desigual. En este entorno, no puedes permitirte trabajar con mediocres. Cada decisión cuenta, y cada segundo perdido puede significar oportunidades que nunca regresarán.